Los cubanos también quieren un referendum, por Oswaldo Payá

Publicado por Le Monde, Francia  280605
Cuentan que a la Universidad de La Habana llegó un grupo de ideólogos que tenía la misión de explicar a los estudiantes los peligros del «maligno» Proyecto Varela. Esta misión se extendía a diversos medios laborales y estudiantiles y también a círculos del Partido Comunista, partido único oficial en CubaDespués de escucharles la versión oficial, algunos estudiantes dijeron: «queremos conocer el Proyecto Varela para estar preparados». Incluso, algunos de los estudiante hicieron la siguiente sugerencia: «¿por qué no lo publican para que el pueblo lo conozca y sepa defenderse y seguramente rechazarlo como corresponde?».

La respuesta de los comisarios no se hizo esperar: «eso no lo podemos hacer y no lo vamos a hacer». Las sonrisas maliciosas de los jóvenes y el cruce de miradas burlonas circularon entre los estudiantes.
Un proyecto de ley
¿En que consiste la campaña del Proyecto Varela?
Su nombre se debe al Padre Félix Varela, sacerdote cubano nacido en el siglo XIX y quien fue uno de los forjadores de nuestra identidad nacional y de nuestra independencia. El Proyecto Varela convoca a la ciudadanía basándose en la Constitución vigente, la cual —aunque restringe derechos y está llena de contradicciones internas— afirma en el artículo 88-g que los ciudadanos pueden presentar un proyecto de ley si lo hacen en un número de al menos 10.000 electores.
El Proyecto Varela es una propuesta ciudadana de un Proyecto de Ley. Consiste en la realización de un referendo para que el pueblo, soberanamente, decida sobre cambios en las leyes para que estas garanticen:
1) la libertad de expresión y de asociación
2) la liberación de los prisioneros políticos pacíficos
3) el derecho de los cubanos a tener empresas
4) el derecho de los trabajadores a contratarse libremente
5) el derecho de los ciudadanos a elegir sus diputados en elecciones democráticas
La Ley Electoral vigente determina que solamente pueden postularse 609 candidatos para «elegir» 609 diputados. Este último dato lo tomo de la Ley 72. Esta ley, además, establece Comisiones de Candidatura formadas por organizaciones dirigidas por el Partido Comunista, que deciden quienes serán esos candidatos œnicos. Por eso, el Proyecto Varela propone una nueva ley electoral que garantice el ejercicio de la soberanía popular.
A pesar de la represión gubernamental en contra de los activistas y ciudadanos que apoyan el Proyecto, en mayo de 2002 presentamos las primeras 11.020 firmas de ciudadanos cubanos ante la Asamblea Nacional del Poder Popular. En octubre del año siguiente presentamos 14.384 firmas adicionales.
Entre esas dos fechas se produjo la detención y subsiguiente condena a años de prisión de 75 disidentes y periodistas independientes. De estos, cerca de 50 son líderes del Proyecto Varela.
Liberación del miedo
La represión no ha detenido la campaña de recogida de firmas, esta continúa con éxito. La misma represión ha sido implementada en contra del Diálogo Nacional —actividad paralela al Proyecto Varela—, que ya es una realidad dentro de Cuba. En este diálogo participan miles de cubanos que, reunidos en círculos ciudadanos, escriben sus opiniones sobre la transición pacífica al Estado de derecho.
En las próximas semanas, una Comisión Nacional redactará el Programa de Transición —fruto de este diálogo—, propuesta que será presentada a toda la sociedad cubana. Actualmente, la Seguridad del Estado visita casa por casa, a miles de personas que han firmado el Proyecto Varela, amenazándolas y presionándolas para que se retracten.
Durante esta campaña represiva en contra del referendo propugnado por el Proyecto Varela, son varios los oficiales de la Seguridad del Estado a los que se les ha escuchado exclamar: «tenemos que impedir que más cubanos conozcan el Proyecto Varela, porque si lo conocen lo van apoyar».
Estos cubanos —tan hermanos nuestros como sus colegas que también nos persiguen y a los que no odiamos— dicen una gran verdad: los cubanos quieren cambios pacíficos, los cubanos quieren ejercer sus derechos y los cubanos, a través del Referendo Varela, tienen la posibilidad de expresarse cívicamente.
Así lo hicieron los chilenos y el mundo los apoyó para que pudieran decir NO a la continuidad de la dictadura. También, recientemente los holandeses, los franceses y los españoles han decidido, mediante un referendo, algo tan importante como la Constitución Europea.
¿Alguien puede pensar que este derecho de los pueblos a decidir sobre su destino democráticamente es sólo para sociedades europeas y no para los cubanos? Los cubanos esperan la solidaridad de estos pueblos europeos y de sus gobiernos; los cubanos esperan que se apoye su derecho a decidir en un referendo las propuestas del Proyecto Varela.
Hay muchas opiniones y visiones diferentes sobre la realidad cubana y sobre la solución al drama que se vive, pero a quien le corresponde decidir el futuro de la nación es a ese pueblo cubano, cuya voz no se ha podido escuchar. No estamos pidiendo apoyo para un modelo político, ni para un programa ideológico, sino para el derecho de los cubanos a decidir soberanamente.
Apoyar el Proyecto Varela es apoyar el referendo que el pueblo de Cuba pide para reclamar su derecho a los derechos. Por favor, no más debates, ni conjeturas, ni polémicas sobre lo que es mejor para el pueblo cubano: sólo a este le corresponde el derecho a expresarlo. Ya hay un movimiento cívico dentro de Cuba reclamando este derecho.
Por lo tanto, si se habla de solidaridad con el pueblo cubano, que se hable apoyando el Referendo Varela. La fuerza del Proyecto Varela reside en la liberación del miedo ciudadano ante el Estado totalitario, es el ciudadano que sin ninguna máscara les dice: «aquí estoy y quiero mis derechos».

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