Tildado de conservador, por haber defendido los valores humanos y la condición humana frente a ideas y prácticas que amenazan e incluso ya atentan, contra la dignidad, contra la naturaleza humana, contra la vida, contra la libertad, contra la solidaridad. Pero, ¿qué es lo que quiso conservar?Un hombre de Dios y por eso de su tiempo, de nuestra historia. Defensor de los pobres y de la paz.Tildado de conservador, por haber defendido los valores humanos y la condición humana frente a ideas y prácticas que amenazan e incluso ya atentan, contra la dignidad, contra la naturaleza humana, contra la vida, contra la libertad, contra la solidaridad. Ha defendido a todos los hombres y mujeres y a cada uno de éstos, en momentos en que doctrinas y prácticas desenfrenadas, bajo diferentes apariencias, intentan alterar o desfigurar al ser humano en su cuerpo y en su alma. Lo hacen a nombre de una falsa libertad mientras en realidad desintegran la persona y la esclavizan, a nombre del progreso, mientras en realidad se desorienta la auténtica vocación humana, imponiendo la deshumanización.
El papa Juan Pablo II llamó al diálogo entre todos los hombres y mujeres, de todas las culturas y experiencias para que se reconozcan hermanos. ¿Qué es lo que quiso conservar?
• La vida como don de Dios, que hoy tantos se creen autorizados a suprimir antes y después del nacimiento, ya sea en hospitales o con guerras o propagando la pobreza con el egoísmo y la injusticia.
• La libertad, que se realiza en el amor que nos hace mejores y más humanos.
• La familia, fuente de la verdadera felicidad y humanismo.
• Los derechos humanos y el derecho a ser humano.
Por eso, con su enseñanza y su testimonio de vida, se enfrentó contra los fundamentalismos. Contra los fundamentalismos religiosos que pretenden, en nombre de Dios, excluir a otros seres humanos y niegan el amor que es la esencia misma de Dios y la condición de hijos de Dios que tenemos todos los seres humanos, llegando hasta el terror y el crimen.
Contra los fundamentalismos ideológicos, raciales o de poder, que a nombre de la justicia o de nacionalismos, oprimen a los pueblos, instalan totalitarismos y niegan los derechos fundamentales, llegando, como el comunismo y el fascismo, a exterminar a decenas de millones de seres humanos.
Contra el fundamentalismo mercantil, que a nombre de la libertad económica y de mercado, que son derechos, pretende tratar como objetos de compraventa todo lo material y todo lo humano, llegando a deshumanizar las relaciones dentro de las comunidades y entre los pueblos y deformando el sentido humano de estos derechos al anular las dimensiones de la solidaridad y la justicia.
Contra el fundamentalismo secular, que puede estar o no unido al ateísmo, y que a nombre de una supuesta libertad individual y autonomía trata de silenciar la voz de los creyentes y de desvincular la vida de las familias y los pueblos de la fe y de esta manera construye una trampa moral que termina esclavizando la persona, desfigurando el cuerpo y el alma, justificando y legalizando la acción de matar al prójimo cuando más indefenso y en desventaja está. En este sentido este Papa defendió el derecho de los humanos a seguir siendo humanos.
Seguimos escuchando su voz profética y por eso denunciamos y anunciamos al mundo: lo que hay que ofrecer a los pobres, a los que sufren por cualquier causa y a los que están en desventaja no es muerte, sino amor. En este tiempo de confusión, desenfreno y violencia, con su testimonio, con su enseñanza inspirada en el Espíritu Santo y también con su sufrimiento, el papa Juan Pablo II, el obispo Wojtyla, el padre Karol, ha anunciado la esperanza para todos, recordándonos, que todos somos hijos de Dios.
El Movimiento Cristiano Liberación no es confesional, pero sus miembros, escuchamos de él, por primera vez, una enseñanza nueva para nuestro tiempo, un mensaje de liberación que levantaba la voz de la esperanza frente a todas la formas de opresión, sin parcialidades, ni exclusiones. Su mensaje es un mensaje de liberación en el amor y no en el odio, por el camino de la paz y no de la violencia, reconociendo en cada ser humano, inclusive en los que nos persiguen, a un hermano, a nuestro prójimo.
El nos dijo: ¡No tengan miedo! ¡Los cubanos deben ser los protagonistas de su historia!
Esa ha sido nuestra inspiración para luchar por la verdadera liberación. Damos gracias a Dios, por habernos dado a este maestro, profeta y pastor por todos estos años.
¡No tengan miedo en abrir las puertas de sus corazones a Jesucristo!, clamaba.
Ojalá que todos lo escucharan.
La Habana
A nombre del Movimiento Cristiano Liberación: Oswaldo José Payá Sardiñas, Ofelia Acevedo Maura, Andrés Rodríguez Tejeda, Antonio Rafael Rodríguez Vázquez, Ernesto Martini Fonseca, Juan Felipe Medina, Minervo Lázaro Shil Siret, María Elena Rodríguez Abreu, Roberto Valdivia Hernández, Flabio Labrador Freige, Roger Curbelo