Cuban Activist Decries ‘Culture of Fear’

Associated Press 

LA HABANA

La» cultura del miedo» es el obstáculo más importante que deben superar los cubanos para generar un cambio político pacífico y una economía de libre mercado en la isla, dijo el reconocido activista Oswaldo Payá.

En una entrevista realizada el lunes en la noche, el opositor expresó que espera enfrentar directamente la ansiedad con el Diálogo Nacional, su más reciente esfuerzo para traer la democracia y alentar a los cubanos a actuar.

»Es como una terapia, para que las personas comprendan el origen de su miedo, el origen de su estatus,» dijo. «Es una terapia donde los cubanos descubren su dignidad … y descubren que la vida puede ser diferente».

A diferencia de otros regímenes que han utilizado la fuerza para controlar a sus ciudadanos, el gobierno de Cuba infunde miedo y castigos –desde el ostracismo al encarcelamiento– para mantener el orden, expresó Payá.

»Este régimen domina a través del miedo de la gente», dijo mientras permanecía sentado en la sala principal de su casa, llena de retratos de prisioneros políticos cubanos y de Jesucristo.

»Es una cultura de miedo. Es como un sistema de parálisis anticipada, en que la persona no es capaz de expresarse, o de tener una actitud contestataria», explicó.

Aquellos que se atreven a hablar en contra del gobierno pueden perder sus empleos, o terminar en prisión, sostuvo Payá. Sus hijos pueden enfrentar la exclusión y discriminación en las escuelas, y después, en sus trabajos, agregó.

Muchos de los adultos que participaron voluntariamente en el Proyecto Varela de Payá –un proyecto para alentar la democracia que generó una aclamación internacional para el activista– están ahora presos.

Payá sostiene que cerca de 50 de los 75 disidentes arrestados y sentenciados a largas penas de cárcel en el 2003 eran líderes del Proyecto Varela. Las autoridades han liberado a 15 de los 75 por motivos de salud, pero sólo dos de ellos participaron en el proyecto, dijo.

Bajo el Proyecto Varela, los voluntarios recogieron 25,000 firmas y las presentaron al parlamento cubano, en busca de un referéndum que le preguntara a los votantes si estaban a favor de libertades como las de expresión y el derecho de tener sus propios negocios.

Las autoridades archivaron el proyecto, al considerarlo anticonstitucional.

El gobierno cubano sostiene que las personas como Payá son »contrarrevolucionarios», e insiste en que el sistema permite expresar las voces disidentes siempre que no ataquen directamente a la revolución socialista de la isla o a sus líderes.

Payá sostiene que el Diálogo Nacional es aún más amenazante para el gobierno cubano. Llega al corazón del régimen, dijo, alentando a la gente a que manifieste sus preocupaciones y quejas, y a crear el camino de los cambios en los centralizados sistemas

Cuban Activist Decries ‘Culture of Fear’

HAVANA Mar 8, 2005 — Cuba’s «culture of fear» is the biggest hurdle people living under the communist government must overcome to prompt peaceful political change and a free market on the island, Cuba’s best-known dissident told The Associated Press in an interview.

Oswaldo Paya said he hopes to push Cubans into action with the National Dialogue, his latest effort to bring democracy to Cuba.

«It’s like therapy, so people will understand the origin of their fear, the origin of their status,» Paya said of the project. «It’s therapy where Cubans discover their dignity … and discover that life can be different.»

Unlike other regimes that have used force to control citizens, Cuba relies on people’s fear of punishment ranging from ostracism to imprisonment to maintain order, Paya said.

«This regime dominates through people’s fear,» he told the AP late Monday, sitting in his living room filled with photographs of Cuban political prisoners and portraits of Jesus Christ. «It’s a culture of fear. It’s like a system of anticipated paralysis, in which people are not capable of expressing themselves or having conflicting attitudes.»

Those who dare to speak out against the government can lose their jobs, be given the cold shoulder in their neighborhoods, or wind up in prison, Paya said. Their children can face exclusion and discrimination at school or at work, he added.

Many adult volunteers who participated in Paya’s Varela Project a democracy drive that brought international acclaim to the activist are now behind bars.

Paya says about 50 of the 75 dissidents arrested and sentenced to long prison terms in a spring 2003 government crackdown were Varela Project leaders. Fourteen of the 75 have been released for health reasons, but just two of those were Varela participants, he said.

Under the Varela Project, volunteers submitted 25,000 signatures to Cuba’s parliament seeking a referendum asking voters if they favor civil liberties such as freedom of speech and the right to business ownership. Authorities long ago shelved the project, ruling it unconstitutional.

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