Carta a la Unión Europea. 11 de noviembre de 2004. Por Oswaldo Payá

Oswaldo José Payá Sardiñas

Premio Andrei Sakharov 2002

La Habana, Cuba

11 de noviembre de 2004

Excmo. Sr: Josep BORRELL FONTELLES

Presidente del Parlamento Europeo

rue Wiertz s/nB – 1047 Bruselas

Bélgica

En estas semanas, algunos gobiernos europeos están cuestionando la efectividad de las llamadas medidas que adoptaron en posición de consenso después de los encarcelamientos de nuestros hermanos en marzo del 2003. Creemos que hablar de efectividad es culpar a los europeos, artificialmente, de la responsabilidad por las violaciones a los derechos que sufren los cubanos y por los nulos progresos en ese sentido, del gobierno cubano. Estas medidas, como hemos dicho, tienen gran valor moral. Sobre todo, porque la respuesta europea se ha concentrado en estos símbolos de apoyo al pueblo cubano y a sus derechos fundamentales. Pero si algunos gobiernos, diplomáticos y partidos se sienten incómodos con la respuesta de exclusión y las presiones del gobierno cubano, entendemos que pueden actuar según sus intereses y abandonar esta posición ética, por razones de sus intereses. Pero lo que no puede decir nadie, sin insultar nuestra inteligencia, es que abandonar esta posición y liquidar estos gestos o símbolos, son en interés de Cuba y de los cambios pacíficos. Todo lo contrario. Si algunos intereses y compromisos están por encima de la actuación solidaria con el pueblo de Cuba, que no se le dé otra explicación, ya que sólo alentarán a la intolerancia que sufre el pueblo de Cuba. Más...Por tanto, entendemos que:1. La Posición Común Europea sobre Cuba se ha mantenido desde que fue acordada, es un logro moral de la Unión Europea y constituye una verdadera expresión de respeto hacia la autodeterminación de los cubanos y un apoyo al pueblo de Cuba en sus aspiraciones de lograr el respeto a los derechos humanos y la apertura democrática, pacíficamente. Esta Posición Común no agrede ni aísla a Cuba, sino, por el contrario, abre las puertas a una relación de cooperación y amistad que no puede realizarse debido a la violación de los derechos humanos y la exclusión que sufren los cubanos en su propio país.
 2. Consideramos que, si el gobierno cubano no ha demostrado voluntad alguna para mejorar la situación de los Derechos Humanos y, por el contrario, ha encarcelado arbitrariamente a decenas de defensores de estos derechos, la Posición Común Europea debe reafirmarse, si es que los europeos quieren ser consecuentes con los valores que proclaman en su propio continente.
3. Nuestro movimiento cívico trabaja por cambios pacíficos hacia la democracia por la vía del Diálogo Nacional y la demanda ciudadana, apoyándonos en los derechos constitucionales del Proyecto Varela. Abandonar o debilitar la Posición Común Europea sería abandonar al pueblo cubano y alentar la arbitrariedad y la violación de sus derechos. No rechazamos el diálogo de la Unión Europea con el gobierno cubano, sólo recordamos que sólo tendrá frutos positivos cuando deje de reprimirse el diálogo entre cubanos que estamos realizando.

4. No hemos pedido que se supriman las invitaciones a los opositores pacíficos a las fiestas nacionales de los miembros de la Unión Europea, ni lo pediremos.  Contrario de la postura oficial cubana, respetamos la libertad de decisión de cada país de invitarnos o no. Sería un error aceptar las presiones del gobierno cubano para que la Unión Europea nos excluya de esas invitaciones sólo porque el mismo gobierno cubano nos excluye y nos niega nuestro lugar en la sociedad de nuestro país. 

5. Amnistía Primero para los prisioneros políticos es la exigencia que todos los gobiernos, asociaciones regionales e internacionales y todas las instituciones deben hacer si pretenden una verdadera relación normal con Cuba y no una relación que coexista con la violación de los derechos de todos los cubanos. 

Este diálogo sobre Cuba implica un diálogo con toda Cuba; es decir, con todos los sectores de la sociedad cubana.  Volvemos a recordar que ya dentro de nuestro país está en marcha el proceso de Diálogo Nacional, que no excluye a ningún cubano.  A este diálogo también está invitado el Gobierno y todos los que están relacionados con éste.  Sabemos que la mayoría de los cubanos quieren cambios pacíficos hacia la democracia y que tienen muchas interrogantes sobre la transición.  Por ello, el Diálogo Nacional que hemos comenzado bajo la represión es un paso definitivo en el que los propios cubanos diseñan la transición y abren las esperanzas de un cambio, que ya es inevitable.  Es este diálogo el primero que hay que apoyar; sin él no tiene sentido hablar de diálogo político con Cuba.

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