Hablar de las perspectivas de una transición pacifica en Cuba, es hablar de la esperanza. Todos los recursos de propaganda, políticos, de control de la vida social y económica y todos los recursos represivos del régimen están orientados a matar la esperanza, la esperanza de libertad y de una vida mejor.
Si hablamos de transición, no negaremos que muchos dentro y fuera de Cuba harán exclamaciones escépticas, como si estuviésemos hablando de un imposible. Mencionarán todos los obstáculos y desventajas que justifican esta actitud. Esa es la aparente victoria del régimen. Pero ahí no se agota la realidad cubana, ni tampoco las posibilidades, porque son cada vez mas los que tomamos vemos en esos obstáculos desafíos y que sabemos que la fuerza del espíritu movido por el amor y la solidaridad, es capaz de superar este estado de cosas que pretende reducir al individuo y a la sociedad a la indefensión y la impotencia. Este es el espíritu que anima a movimiento cívico del Proyecto Varela, que desafiando la cultura del miedo reclama, pacíficamente los derechos para todos. Pero aquí el camino de la lucha cívica, constituye también parte esencial de la meta. Esta meta es la liberación. Los que han vivido y sufrido el régimen totalitario comunista saben que su estrategia principal es paralizar las voluntades y que cuando estas voluntades se liberan, de nada sirven los mecanismos de miedo. Porque es el miedo, precisamente es lo que paraliza y cuando comienza a perderse comienza la liberación. Todos saben como en los regimenes comunistas, el proceso de acumulación que produce el cambio, es lento, silencioso, casi imperceptible o inconmensurable para los que solo saben medir a partir de indicadores de otras experiencias históricas que no son el comunismo. El proceso de acumulación es lento pero el desenlace es muy rápido, tan rápido como la caída de un muro, de la muralla del miedo y es entonces que comienza la transición. Lo que quiero decir es que no podemos hablar de transición sino como una la segunda etapa dentro del proceso de liberación que comienza mucho antes. Pues en Cuba ya comenzó este proceso de liberación desde hace mucho tiempo y se manifestó de manera palpable con la campana cívica del Proyecto Varela que esta actualmente en marcha. Por que sólo hasta ahora, fue que miles de cubanos, algunos rompiendo máscaras que creían de protección y desafiando un todo tan abarcador como un ambiente de miedo y opresión, reclamaron los derechos con su propio rostro, con su propia identidad. Quien no reconozca esto no reconocerá el proceso liberador que está experimentando el pueblo cubano ahora. Otra componente de esta liberación es el trabajo para preparar el futuro, para diseñar la transición, que debemos hacer considerando a la persona, a la familia y al pueblo, como el primer valor y la primera referencia, por encima de toda ideología, prejuicio, modelo o posiciones políticas. Con estas bases, al preparar la transición, debemos tener en cuenta la realidad desde la que partimos. Aunque la ideología marxista y el sistema comunista nunca fue una elección de los cubanos, sino una imposición, hoy día esos fundamentos ideológicos se desploman, también, frente a la propia incoherencia de la clase dominante. Al final, los cubanos ven con amargura, que además de una imposición, todo este sistema opresivo fue un gran engaño, una gran estafa. Hasta los que con buena voluntad y con mucho amor dieron lo mejor de sus vidas porque creían que este proceso traería la justicia, hoy están frustrados. Se constata que Cuba es un país dominado por una clase privilegiada, de nuevos ricos que son ya una verdadera oligarquía, que se preparan y son ya los únicos capitalistas. Mientras tanto la mayoría vive en la pobreza, con las manos atadas y el régimen persigue, no solamente las expresiones que reclaman o pretenden ser ejercicio de las libertades civiles, sino que también persigue los intentos de cada familia, por sobrevivir, por buscar el pan de cada día. El comunismo en Cuba no solo tiene un partido único, sino una clase única que dice al pueblo “socialismo o muerte” mientras ya ello son capitalistas. Es real que fruto de ese trabajo positivo realizado con amor no hay aspectos positivos, pero estos ya están en deterioro por la falta de voluntad de cambios de parte del régimen. Algunos piensan que la única perspectiva de cambio es esperar la muestre de Fidel Castro, ese es el fatalismo biológico, esa no es esperanza sino la droga de la parálisis. Por que mientras tanto aumenta la desventaja del pueblo, aumenta la corrupción institucionalizada, aumentan los odios, la pobreza, se desgarran mas familias debido a la emigración, que es mas bien un escape y se combinan intereses contra la transición pacifica hacia la democracia y la justicia que desean la mayoría de los cubano. Nuestra esperanza de cambio está en la movilización cívica de los cubanos y no en la muerte de Fidel Castro, ni en la intervención, y tampoco en los sucesores de este régimen. Por eso continua la campana por el Referendo del Proyecto Varela. Ahora, cuando el régimen descubre que muchos cubanos firman esta petición ciudadana, despliega toda la represión contra nuestro Comité Ciudadano y también lanza sus agentes contra miles de familias amenazando y tratando de que e retracten de haber firmado el Proyecto Varela, que se apoya e la Constitución. A eso se une la campaña de intrigas y de desaliento que los cuerpos represivos, como expertos en la mentira, saben implementar muy bien. Penetran a una parte de la oposición e inclusive la falsifican, usurpando su identidad, como el mismo régimen ha reconocido. Esta es una de las trampas más difíciles y que más confunde. A estas campañas, se unen, como contrarios aliados de régimen, ciertos grupos y personalidades de posiciones extremistas desde Miami y desde otros lugares. Estos se acoplan muy bien con las acciones represivas y las intrigas generadas por el régimen. Utilizan sus recursos políticos y publicitarios contra el Proyecto Varela y el Dialogo Nacional. Es un verdadero fuego cruzado, contra nuestro movimiento, debido a que por primera vez demuestra su base social, que lleva a la desesperación a los que tienen otra agenda muy diferente a la de la mayoría de la oposición dentro y fuera de Cuba. Nuestra agenda es la de la mayoría del pueblo cubano, es la agenda de la liberación de los prisioneros políticos, que se expresa claramente cuando decimos AMNISTIA PRIMERO. Esta es la agenda de la reconciliación nacional y no de la venganza y el odio. Es la agenda de la democracia y las garantías reales para el ejercicio de todos los derechos. Es también la agenda de la libertad económica y la justicia social, del desarrollo para todos sin dejar abandonados a los mas pobres, que son la mayoría y sin liquidar, sino mejorar los servicios sociales gratuitos. Por eso además de desarrollar ahora la campaña por ell Referendo del Proyecto Varela, comenzamos el Dialogo Nacional. Es este un proceso participativo en el que lo ciudadanos, individualmente o en equipos, aun bajo la represión, analizan el Documento de Trabajo y dan sus opiniones y aportes sobre la transición. Es la primera vez que se le da esta oportunidad a los cubanos, repetimos, aun bajo la represión. Oportunidad para que diseñen la transición. Ya no tienen que temer al cambio, puesto que los propios cubanos están definiendo el futuro que desean. Otra dimensión hermosa, es que en este dialogo participan los cubanos del exilio, como parte inseparable de nuestro pueblo que son y contribuyen con todos su derechos y toda su riqueza a preparar el futuro de nuestra sociedad. El Dialogo Nacional no sólo un método participativo para redactar en consenso el Programa Transitorio, sino que es y el ejercicio cívico, respetuoso de la diversidad y reconciliador, que prepara a Cuba para la democracia. Así quedarán sin sentido la violencia y los extremismos. Las perspectivas de la transición para Cuba, son alentadoras, aunque hay también graves peligros. Solo se descubre la esperanza si miramos al único que tienen y puede ser protagonista de esta transición, al protagonista de la liberación que es el pueblo de Cuba. Los que quieran ser solidarios con el pueblo cubano, los que quieran cooperar con la transición pueden hacerlo desde ahora: Apoyen la liberación de los prisioneros polí
ticos Apoyen la demanda de Referendo del Proyecto Varela para que se le de la voz al pueblo cubano y logre a libertad y los derechos. Apoyen el Dialogo Nacional para e que los cubanos ejerzan su derecho soberano a determinar su presente y su futuro.
Oswaldo José Payá Sardiñas
Coordinador del Movimiento Cristiano Liberación y del Proyecto Varela.
La Habana 1 de octubre 2004