Oswaldo Payá dijo que la importancia de las invitaciones a los opositores es que suponen ‘un reconocimiento a la sociedad civil cubana’.
Miembros de la disidencia interna cubana mostraron este jueves preocupación ante las declaraciones del ministro español de Asuntos Exteriores y de Cooperación, Miguel Ángel Moratinos, quien anunció que Madrid está buscando «consenso» entre los Veinticinco para relajar algunas de las sanciones diplomáticas que la Unión Europea (UE) impuso en junio de 2003 al régimen de Fidel Castro.
Entre las medidas cuya eventual revocación preocupa a algunos opositores cubanos está la de invitar a disidentes a las celebraciones de fiestas nacionales de las embajadas europeas en La Habana.
Moratinos dijo el miércoles ante el Congreso español que «invitar a los disidentes a las fiestas nacionales se ha revelado como el peor instrumento para mejorar la situación de los disidentes».
a invitación a los opositores a las embajadas «es un derecho que está recogido en la Convención de Viena sobre el establecimiento de relaciones diplomáticas entre países», dijo desde La Habana el presidente del Partido Social Demócrata de Cuba, Vladimiro Roca, según informó en una nota de prensa la Asociación Española Cuba en Transición (AECT), con sede en Madrid.
«Las embajadas pueden invitar a cualquier persona del pueblo o del país donde residan. Y hasta ahora, que yo sepa, sigo siendo cubano y, aunque al gobierno no le guste lo que hacemos, es una cuestión recogida en la Convención», agregó Roca.
Para el opositor, «renunciar a eso por parte de la Unión Europea o de cualquier otro país sería (…) permitir una violación de una Convención que establece derechos y deberes para ambas partes, y permitir que el gobierno cubano continúe violando los derechos humanos de toda la población en forma masiva».
«Es hacerse prácticamente cómplices del gobierno cubano», sentenció. Oswaldo Payá, líder del Movimiento Cristiano Liberación (MCL), dijo que importancia del gesto de invitar a los opositores es que supone «un reconocimiento a la sociedad civil cubana». «Es crucial que las naciones extranjeras nos tomen en consideración (a los disidentes)», agregó. Por su parte, Blanca Reyes, esposa del poeta y periodista Raúl Rivero, condenado a 20 años de cárcel, no se posicionó a favor ni en contra de la prolongación de la medida. «Esto no es juego, mi marido no es una moneda de trueque, y lo único que quiero es ver a Raúl y al resto de los presos libres cuanto antes»