¡ANIMO CUBA! PAZ Y BIEN
Quien práctica la virtud de la pobreza pone su amor al prójimo y los valores espirituales por encima de las riquezas, de los placeres y de su propia vanidad, a veces hasta el sacrificio. La pobreza que es fruto de la injusticia, de la ambición, la guerra y de la restricción o violación de los derechos trae la calamidad, la carencia de lo necesario para satisfacer las necesidades, a veces hasta mas allá de los limites de la miseria, para personas familias, grupos y pueblos enteros.
Antes de continuar quiero recordar que en los Prisioneros de la Primavera de Cuba y todos los presos políticos, se combinan estas dos realidades. La del sacrificio y entrega de si mismos, por defender los derechos de todos los cubanos, sacrificando hasta lo más elemental de lo que necesita un ser humano para vivir, esa es su virtud y la condición de víctimas de la injusticia. Están reducidos en jaulas o hacinados, como animales y alimentados con ranchos de campos de concentración. Recuerdo esto a todos, sobre todo a esos que creen que tienen mucho que perder y a los que la prudencia del reino de este mundo les mantiene en posición contraria o al margen de los que defienden los derechos el pueblo. La mayoría de los cubanos sufre la pobreza por la injusticia y la falta de derechos. La pobreza mayor es la ni siquiera poder decir que son pobres. ¿Cómo va a haber pobres en el paraíso de la justicia social? Pero si hay pobres y si se puede decir y denunciar. ¿Por que tantas restricciones, persecuciones y prohibiciones al trabajo libre y la actividad económica? ¿Por que a la lucha por la vida y la supervivencia de los ciudadanos le llaman actividad económica ilícita, cuando lo ilícito es reducir al hambre a las mayorías, mientras muchos dirigentes poderosos ya son capitalistas y ricos. Registros, decomisos, multas abusivas, encarcelamientos y represión para las multitudes de pobres que tienen que arriesgarse al delito para conseguir el pan de cada día con gran angustia e inseguridad. Panorama de familias con niños en las carreteras y viajando en camiones bajo e sol y la lluvia como animales, mientras por su lado pasan los autos lujosos de los turistas y los privilegiados. Están satisfechos los que ya e asegurado su futuro rico desde su posición de clase dominante mientras el pueblo esta reducido la miseria. ¿ Es este el sistema que llaman irrevocable? ¿Alguien puede pensar que los cubanos quieren vivir así eternamente? Reflexionen. No les hablamos desde “el odio de clases”, que no sentimos, sino los llamamos desde nuestra condición de cubanos y hermanos, pero también de hermanos de la mayoría que están sufriendo.
Las restricciones impuestas desde otros países como el embargo, que no apoyamos, las injusticias del intercambio económico internacional desigual, los accidentes humanos y las catástrofes naturales, son causas de dificultades. Pero la situación de pobreza y calamidad para la mayoría tiene sus causas principales en la desigualdad, la falta de derechos y la opresión, que mantienes las manos atadas a un pueblo que muy bien sabe vivir y crecer con su trabajo honesto, pero que tiene las manos atadas y la boca amordazada. ¿Por qué? ¿ Para defender que? ¿Tiene Cuba que defenderse de la libre expresión y la actividad económica libre y creadora de sus propios ciudadanos? ¿Cómo se sostiene esta situación? Con la fuerza opresiva aplicada en cada aspecto de la vida, la arbitrariedad, la corrupción institucionalizada, el abuso de poder, la falta de respeto por los derechos e inclusive por los derechos que la propia Constitución enuncia y la represión contra los que levantan la voz. Pero también y fundamentalmente con el miedo y la simulación de muchos cubanos, que no han descubierto que podemos cambiar pacíficamente esta situación. Los que quieran recordar, recordarán que la Revolución se hizo para restaurar los derechos civiles, políticos y sociales que proclamaba la Constitución de 1940 y para superar la situación de injusticia social, desigualdad y pobreza que sufrían los cubanos. Entonces, ya es hora de cambiar. Cambiar por que en ese orden no hay un futuro, ni un presente dignos, ni para los sometidos, ni para los que someten, Todos atrapados en una trampa que nada buena es y a nada bueno conduce. Pero esta realidad no es absoluta, ni definitiva, ni insuperable. Si haces lo que siempre haz hecho, si te comportas como te haz comportado, si aceptas sin reclamar todo lo que haz aceptado hasta ahora, solo tendrás lo que hasta ahora he tenido. El cambio pacifica es posible. Cada cubano, desde su propia posición debe liberarse a sí mismo, no por odio, ni con la violencia que someten, sino por amor a su pueblo y con la verdad, proclamando serena y firmemente donde quiera que este: ES HORA DE CAMBIAR Cada cubano deber asumir las consecuencias de su paso liberador y todos juntos daremos los pasos hacia un futuro que sea el bien para todos. Los cubanos pueden y deben construir su futuro entre todos, sin exclusiones. Y todos pueden y deben aportar lo mejor de sí ahora que llego el momento de cambiar, pero no en el enfrentamiento fratricida, sin en el Dialogo Nacional. Ese diálogo, aun bajo la represión ya comenzó y todos, están llamados a participar, no importa su posición política ahora, porque todos somos parte de este, nuestro pueblo. El gobierno debe reconocer públicamente el derecho de los ciudadanos a expresarse libremente y a pedir los cambios, algo que la Constitución enuncia. Pero los cubanos todos, deben ejercer este derecho sin esperar. Esto y no otra cosa hicieron los Prisioneros Políticos pacíficos, por eso el reclamo de Amnistía primero es y será nuestra prioridad y debe ser la de todos los cubanos: defender a los que les han defendido. Es hora de sembrar la esperanza y no someterse mas sepultándose en la parálisis y el lamento. Los cubanos, sabemos y podemos construir la sociedad del futuro, entre todos, la sociedad de hombres y mujeres libres, solidarios y que puedan potenciar todas las energías y capacidades que el Creador otorgó a nuestro pueblo. Hagamos el cambio para el bien para el bien de todos, esa será la paz. Paz y Bien.
La Habana, 4 de octubre del 2004
Oswaldo José Payá Sardiñas
Coordinador de Movimiento Cristiano Liberación
