El próximo domingo los Venezolanos irán a las urnas a ejercer su derecho soberano para decidir sobre la continuidad o revocación del presidente de la República. Nosotros los cubanos que hemos luchado por los cambio en nuestra patria por la vía pacífica e institucional, tenemos como aspiración inmediata la realización de un referendo para que los ciudadanos decidan sobre cuestiones que no debería tener discusión, pero que el régimen nos niega.
Me refiero al Referendo que pide el Proyecto Varela para que se decida si las leyes deben cambiar para que garanticen derechos fundamentales que en la práctica se niegan rotundamente y la ley no garantiza. Nos referimos entre otros a la libertad de expresión. No estamos hablando solamente de la libertad de prensa, ya hace décadas aniquilada, sino de la libertad de expresar las ideas, con la palabra, de la libertad de no tener que mirar hacia los lados cuando se va a dar una opinión, o no tener que bajar la voz para no ser oídos por los vecinos. Reclamamos la libertad de hablar, escribir, rezar en voz alta, sin ser reprimidos o excluidos. Nos referimos a la libertad que se pierde cuando la cultura del miedo, como la instaurada en Cuba, amordaza a las personas hasta en sus propias casas y finalmente hasta en sus propias mentes. Esto lo hizo el régimen después de ganarse la confianza de muchos, para después silenciarlos a todos, para que nunca más, nunca más, pudieran criticarle o denunciarle. Pero eso no lo sabían los cubanos cuando vieron desfilar a los rebeldes victoriosos de la Sierra Maestra con rosarios colgando en sus cuellos. No sabían que en poco tiempo comenzaría un proceso de la de descristianización de la cultura y la sociedad que haría que las personas sintieran miedo de decir: “Gracias a Dios”o “que Dios te lo pague”. Además de la libertad de expresión, pedimos en el Proyecto Varela, la libertad de asociación. Por qué estos regimenes comienzan levantando la bandera de la justicia social (después hablaremos de esa justicia) y a nombre de esta, aniquilan a todos lo partidos, los sindicatos y a toda asociación independiente. Por qué, aunque no lo dicen al principio, necesitan aniquilar toda actividad y agrupación, independiente para poder llegar a su verdadero objetivo: el poder absoluto para un líder, con un partido único y una clase privilegiada. Pero primero desarman totalmente a la sociedad, a la familia y al individuo, de todos los recursos cívicos y de movilización. Lo peor, enfrentan a una parte del pueblo a otra y después los someten a todos. Pero ya es tarde, inclusive para los que le apoyaron de buena fe, que son los más ferozmente reprimidos cuando abren los ojos y se dan cuenta que ya han caído muy profundo en esa trampa sin salida. Cuando logran esto, ya el pueblo quedó sin voz y sin recursos para reclamar y defenderse. También el Proyecto Varela pide que los ciudadanos cubanos, puedan tener sus propias empresas y negocios. Ya que en Cuba sólo los extranjeros pueden tener negocios privados y empresas y los cubano no. Inclusive en los hoteles y muchos centros turísticos, se prohíbe hospedarse a cubanos, en un verdadero apartheit contra los propios cubanos. Además, a través del los años esta dirigencia revolucionaria, se convirtió, en el sector de los nuevos ricos, que viven en barrios lujosos, tiene muchos dólares, y son los nuevos capitalistas encubiertos. Mientras tanto la mayoría vive en la pobreza y la carencia, pero ya no tienen voz para decir: “me engañaron”. También el Proyecto Varela pide elecciones libre y que los cubano puedan elegir a sus diputados. En Cuba la ley designa un solo candidato, único, valga la redundancia, por cada puesto de diputado. Una verdadera ofensa a la soberanía y a la inteligencia del pueblo. El Proyecto Varela se apoya en el artículo 88 de la Constitución que dice que diez mil electores pueden presentar un proyecto de ley que la Asamblea Nacional tendría que discutir. La Seguridad del Estado en represalia por esta campaña ha amenazado a los ciudadanos que firman el Proyecto Varela, ha expulsado a muchos del trabajo y ha encarcelado a más de cuarenta de sus activistas con condenas hasta de 28 años. Por supuesto los ha acusado de “mercenarios y de atentar contra la integridad territorial” y no por ejercer un derecho constitucional. Ya cuando el régimen esta afianzado, no solo hace las leyes arbitrarias que necesita, sin ningún reparo, ni respeto por el pueblo, sino que también, cuando lo necesita, viola flagrantemente lo poco de su Constitución y de sus leyes que conservan, para dar una apariencia de estado de derecho. ¿Pero dónde esta la prensa para denunciarlo, los sindicatos para protestar, lo tribunales para dirimir imparcialmente? Ya todo esto esta convertido en instrumentos de la mentira y mecanismos de sometimiento, por parte del poder totalitario. Aquí llegamos a un punto importantísimo ya hace tiempo que a nombre del pueblo, de la justicia, de los pobres y de la soberanía, el régimen aniquiló todos esos valores y derechos. Al pueblo lo convirtió en pobres y sin voz y la soberanía la anuló concentrando todo el poder en un hombre con un gran aparato represivo y de propaganda. Por supuesto apoyado por la nueva clase de los dirigentes revolucionarios, nuevos ricos, más ricos que muchos ricos capitalista. La diferencia es que los pobres aquí ni siquiera pueden decir que son pobres, ni señalar a la oligarquía rica y despótica, porque esos son “compañeros dirigentes”. Ya los cubanos, en medio de esta represión hemos presentado 25,000 firmas para pedir el referendo. La respuesta es más represión. Pero continuaremos, porque sabemos que Dios no nos creo para la esclavitud, sino para la libertad. Nosotros, aún con muchos hermanos prisioneros y bajo gran persecusión, seguiremos luchando por vías pacificas por la libertad y los derechos y deseamos para Venezuela, la democracia y la justicia, la paz y la reconciliación entre todos los hijos de ese pueblo hermano. Al mirar ahora a Venezuela, muchos cubanos se dicen: “Si en Cuba hubiese esa oportunidad de decidir en un Referendo…” Pero aquí en Cuba el régimen no se arriesga, porque sabe que el pueblo votaría por terminar con la tiranía comunista. Por eso no respeta el derecho constitucional, ni ningún derecho. Por que sabe que aquí los cubanos, por una amarga experiencia, ya conocen con su propia vida, que este es un régimen de opresión total y que es, además, una trampa de la que muy difícilmente se sale. Si los cubanos tienen la oportunidad, no lo van a pensar ni un instante. Sólo deseo que los venezolanos puedan ejercer verdaderamente su derecho soberano. Que lo puedan ejercer sin miedos, porque el miedo en Cuba, trajo como consecuencia que se nos sepultaran en la oscuridad de la tiranía por varias generaciones y mucha sangre y dolor. Deseo que los venezolanos puedan ejercer su derecho soberano y que este sea respetado. Porque ningún pueblo jamás renuncia conciente y voluntariamente a sus derechos y a un futuro de libertad. Para muchos cubanos, Venezuela es un país especialmente cercano y hermano. Con todo respeto, pero también con todo amor y buena voluntad les expreso mis sentimientos de amistad evocando aquella dramática frase bíblica que dice: ¡OJALA QUE MI PUEBLO ME ESCUCHARA!
Oswaldo José Payá Sardiñas
La Habana, 12 de Agosto del 2004