El pasado 25 de mayo anunciamos el inicio del Diálogo Nacional. Durante semanas, tanto en Cuba, como en todos los lugares donde viven cubanos, se ha trabajado en la organización de los Círculos de Reflexión y Diálogo, que permiten la partición de todos. 

Decimos todos.  Pero no solo están llamados todos los cubanos, sino que tienen el derecho y el deber de participar, en esta hora en la que la Patria necesita el aporte de todos.

Nadie debe privarse de participar por prejuicios, rivalidades o por miedos. El Diálogo Nacional es de todos y para todos.  Ninguna persona o grupo puede adjudicarse la autoría del Diálogo Nacional para si, ya que el autor solo puede ser el pueblo de Cuba.  Los cubanos debemos ser los protagonistas de nuestra historia.  Así ha sido y así es ahora.

 
La primera etapa de este Diálogo ya está en marcha. Comenzó el 25 de mayo y se extenderá hasta el 15 de noviembre de este año.  Ya el 15 de agosto y hasta el 15 de diciembre estará en marcha el trabajo de procesamiento para reunir, sintetizar y organizar los resultados del Diálogo Nacional. El 15 de diciembre comenzará su trabajo una Comisión Nacional de Redacción del Programa Transitorio. Para formar esta comisión comenzaremos las consultas desde ahora.  Tendrá la misión de entregar al pueblo de Cuba el Programa de Transición el 25 de febrero del 2005, día del encuentro con el Señor del Padre Felix Varela. 

Todos debemos participar, pero todos debemos llamar a la participación.  Llamar a todos los cubanos en todo el mundo, llamar al Gobierno y a los que se identifican con éste.  Llamar, una vez más, a las iglesias, católica y protestantes, a creyentes y no creyentes. Llamar a todas las instituciones y agrupaciones que existen dentro y fuera de Cuba.

Nuestros hermanos del exilio que han vivido el destierro durante años tienen en este Diálogo, un lugar como cubano, plenamente cubanos.

Por eso los cubanos que ahora son exiliados no deben pensar que, para influir en el futuro de Cuba, para participar en la vida política, económica y cultural de su país y para ejercer sus derechos, tienen que hacerlo a través de la política de Estados Unidos hacia Cuba, ni como ciudadanos de Estados Unidos de América o de otro.  Eso sería convertir, lo que debe ser una solución cubana, en un conflicto o diferendo entre dos o más países.  Eso sería renunciar al ejercicio de sus derechos como ciudadanos cubanos, en su propia Patria, algo para lo que no necesitan mediación.  Llamamos a la reflexión de todos, ya que el futuro de Cuba lo determinaremos los cubanos y entre cubanos.

Sabemos que existe la buena voluntad y espíritu de cooperación y solidaridad con Cuba de parte de los Estados Unidos, Europa y de parte de muchos países.  Esta cooperación podrá concretarse a partir del diálogo con Cuba como país soberano y según el programa y las leyes que determine el pueblo cubano.

Construiremos esta etapa de nuestra historia con espíritu de justicia, libertad, reconciliación y solidaridad, ya que la persona, la familia y el pueblo son los primeros valores.  Con todos los derechos para todos y para que la Transición sea un bien para todos.  La Transición, de ninguna manera, puede representar la venganza, el desalojo, el abandono o desamparo de ningún cubano.
 
No abandonamos el sueño cubano, sino que despertamos para realizarlo.  Todos Unidos, para reconstruir aquí el hogar de todos los cubanos, en la paz, la libertad y la justicia

 LEVANTEMOS LOS CORAZONES. QUE DIOS BENDICE A CUBA  NUESTRO PATRIA QUERIDA.

Oswaldo José Payá Sardiñas

Comite Ciudadano Gestor del Proyecto Varela 

La Habana, 7 de julio de 2004

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