WILFREDO CANCIO ISLA
Nuevo Herald
Encarando puntos de máxima controversia en la comunidad de Miami, el disidente Oswaldo Payá Sardiñas abogó ayer por una reconciliación »con justicia y sin rencores» entre todos los cubanos, y consideró que el embargo estadounidense no es un factor de cambio ni debe ser la pauta para expresarse sobre el futuro de la isla.
»Es una trampa pretender que las personas se manifiesten sobre Cuba a partir del embargo», declaró Payá. «La pregunta esencial no debe ir a la existencia o no del embargo, sino en lo que es verdaderamente importante: los intereses y los derechos de los cubanos».
»Si usted responde que lo levanten o lo mantengan, cae en esa trampa, que es un fundamentalismo», opinó. «Nosotros preguntamos a quienes nos interrogan qué van a hacer para que los cubanos puedan establecer sus comercios libremente, para defender el derecho a entrar y salir sin restricciones, para evitar la discriminación de nuestros compatriotas en su país».
En alusión a su encuentro con el Secretario de Estado, Colin Powell, Payá indicó que la política norteamericana no puede determinar la suerte del pueblo cubano, y señaló que Estados Unidos apoya moralmente una solución independiente en Cuba.
»Pero también decimos que el embargo no es un factor de cambio», puntualizó. »Que los norteamericanos puedan ir a Cuba a abrir sus negocios y viajen para divertirse bajo un sistema de apartheid turístico, no va a favorecer la transformación democrática» en la isla.
Payá se refirió al embargo durante sus encuentros con sectores de la comunidad exiliada y representantes de la prensa en la Ermita de la Caridad, y luego durante su visita a la junta editorial de The Miami Herald, donde también afloró el tema de la reconciliación de cara al futuro de Cuba.
»Pongamos por encima de todo el futuro de Cuba», dijo el disidente. «Tenemos que legarle a la nueva generación de cubanos un pueblo reconciliado y libre, sin odios ni rencores, e incluso sin excluir a quienes han tenido posiciones políticas coincidentes con las del poder, porque estaríamos dividiendo a Cuba».
Manifestó además que la justicia respecto a los crímenes cometidos desde posiciones políticas no pueden detener el acto de »justicia mayor» que es la libertad y la democracia, y señaló que en ese proceso sería erróneo confrontar los actos criminales de los bandos en conflicto.
»No podemos enfrentar el crimen del Remolcador 13 de Marzo con el del avión de Barbados [en 1976]», afirmó. «Hay familias cubanas que lloran por las muertes a ambos lados, y la reconciliación y el perdón no se dan por decreto, pero no podemos convertirnos en víctimas de una parálisis por lo sucedido en el pasado».
Los padres de Mario de la Peña, el piloto de Hermanos al Rescate derribado por cazas cubanos, se dirigieron a Payá afirmando que no podrá haber en Cuba libertad plena si no se hace justicia.
El opositor dijo sentir gratitud y devoción por los pilotos asesinados.
»Si algún día tenemos libertad será por el sacrificio y el martirio de hombres como ellos», comentó.
Respondiendo a una pregunta del editor de The Miami Herald, Alberto Ibargüen, sobre las consecuencias familiares de su postura en Cuba, Payá dijo que su compromiso de lucha se reforzó cuando iba a nacer su primer hijo, Oswaldo José.
»Decidí que mis hijos iban a nacer libres en ese país y esto trae consecuencias como tener todo el peso del poder sobre mi familia», relató. «Pero hemos hecho esta opción desde la fe».