Diálogo nacional propuesto por Oswaldo Payá. Sus repercusiones en el exilio, la oposición interna y la prensa internacional

Por: Centro de Información y Documentación de Estudios Cubanos
Aunque sólo somos una asociación sin ánimo de lucro, radicada en suelo español, dedicada fundamentalmente a la búsqueda, almacenamiento y divulgación de información sobre la realidad cubana y por tanto no somos un partido político; consta en nuestros principios fundacionales que luchamos con las armas de la razón por el restablecimiento de un Estado de Derecho en Cuba, el encauzamiento democrático del país y el respeto irrestricto de los Derechos Humanos proclamados por la Carta de la ONU.

Por consiguiente, trabajamos por los Derechos Humanos de la población cubana en cualquier parte del mundo que se encuentre.

Hemos seguido con interés creciente desde el mes de diciembre, el texto de propuesta de Diálogo Nacional, divulgado por Owaldo Payá, así como sus repercusiones dentro de la oposición cubana, -tanto la del interior como la del exterior del país- y aunque los miembros de la asociación, en pleno ejercicio de nuestra libertad de pensamiento no concordemos totalmente en problema tan complejo como las vías probables para la solución de la tragedia nacional, si coincidimos en aspectos básicos que quisiéramos dejar puntualmente señalizados.

Primero: Consideramos que el más importante asunto práctico del momento es la lucha por el reconocimiento internacional del derecho del pueblo cubano a lograr un Estado de Derecho y de respecto irrestricto de los Derechos Humanos; al margen de los alegatos oficiales al “derecho de autodeterminación”, que sólo han servido a la dictadura para mantener su “representatividad” en foros internacionales.

Segundo: Cualquier proyecto, propuesta, documento etc. que pretenda dar una solución a la realidad nacional, deberá estar basado en la posibilidad real de llevarla a efectos prácticos. De lo contrario sólo estaremos en presencia de utopías, mas o menos elaboradas, pero que sólo servirán en el mejor de los casos para desviar la atención de la práctica inmediata y generar división entre nuestras fuerzas o propiciar prensa a determinadas personalidades.

Tercero: Creemos que soluciones con nivel de detalle tal, que impliquen el diseño del nuevo tipo de sociedad que queremos para la Nación no sólo deberán estar consensuadas de manera práctica, sino que requieren del concurso de expertos en las diferentes realidades que aborda. Propuestas aparentemente populares, resultan solo populistas y empeñarán a corto plazo cualquier transformación, dada la imposibilidad de cumplimentarlas.

Cuarto: Cualesquiera que sean las propuestas y soluciones que se logren llevar a la práctica, deberán evitar el continuismo del actual estado de cosas en el país. De lo contrario podríamos llegar en un futuro inmediato a sufrir un tránsito a la rusa, es decir, la entronización de la actual clase gobernante mimetizada bajo el manto de la democracia y sólo conveniente a dicha clase y a sus aliados económicos.

Quinto: Los ataques -en recientes declaraciones a la prensa- a las diferentes corrientes de la oposición en el exilio, -sin demostración explícita de las graves acusaciones que se vierten de manera genérica-, así como a otros miembros de la oposición interna, por el sólo hecho de no apoyar un proyecto en concreto, sólo pueden beneficiar al actual estado de cosas en el país y descalifican al emisor; Es decir, sólo benefician a la dictadura, a sus representantes y a los candidatos continuistas.

La práctica usual entre miembros de la oposición de descalificarse unos a otros, basándose en las penetraciones reales o supuestas de nuestras filas, es además de amoral, beneficiosa sólo a nuestro enemigo común. Una cosa es desenmascarar al agente diversionista y otra bien diferente descalificar a los que no piensan igual, endilgándole epítetos y calificaciones, por demás insostenibles.

Sexto: La nación cubana es una sola, y sus miembros lo son por derecho propio y con preferencia, cualquiera que sea su lugar de residencia, condición social o ideas políticas. Cualquier intento de división, discriminación o imposición con respecto a la participación activa de cualquier cubano en lo referente al futuro de la Patria, es INACEPTABLE, cualquiera que sea la persona, grupo, organización o partido político que la promueva o los apoyos políticos que posea.

Séptimo: No reconocemos más liderazgo que el generado colectivamente a través de las urnas, precedidos de consensos entre las fuerzas opositoras. La triste práctica en muchos grupos opositores de generar líderes individuales sin el simple ejercicio de someter el liderazgo a la evaluación de su membresía, genera caudillismos, iluminados o en el mejor de los casos, hombres bien intencionados que sólo saben escucharse a sí mismos. De eso ya hemos tenido bastante a lo largo de nuestra historia, así como de la fea práctica del nepotismo.

Octavo: Nos proponemos emitir nuestras opiniones personales, como cubanos, sobre el documento sometido a debate en todos sus capítulos e incisos. Sin embargo creemos imprescindible también la divulgación de propuestas similares que le han antecedido y absolutamente todos los criterios que se generen sobre el mismo.

Noveno: Nos preocupa la visión internacional que comienza a formarse sobre el asunto, toda vez que los creadores del documento –anónimos y de desconocido currículo- no han expuesto de qué forma se divulgará entre la población cubana o cuáles son las vías ignotas por las que se logrará que el gobierno actual permita que le desbanquen del poder. En el exilio se puede hacer en un tiempo record la divulgación pues existe libertad para ello, ¿puede alguien asegurar que podrá hacerlo dentro de Cuba en las condiciones actuales?

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