El presidente del Gobierno español, José María Aznar, deseó ayer que «se resuelva» la situación de los disidentes presos en las cárceles cubanas «lo antes posible», y dijo coincidir con este grupo de la sociedad cubana en «el respeto a los derechos humanos, los valores democráticos y la libertad».
Tras sus dos entrevistas con cinco disidentes internos y familiares de los detenidos por el régimen de Fidel Castro, Aznar también se mostró esperanzado en que «se pueda mantener una línea de comunicación directa» entre estos dirigentes políticos, «los grupos que ellos representan» y la sociedad cubana.
Aznar, según sus palabras, quería «conocer lo que es la realidad cubana y de los distintos sectores sociales» a través de estas dos reuniones, que duraron casi una hora. Sobre la liberación de los disidentes internos presos, Aznar reiteró que desea «que pronto no esté en prisión» e informó que el Rey de España «conoce perfectamente las situaciones» de los encarcelados.
A las reuniones de ayer asistieron el presidente de la Comisión Cubana por los Derechos Humanos y la Reconciliación Nacional, Elizardo Sánchez, el dirigente del Movimiento Cristiano de Liberación, Osvaldo Payá, el miembro del Comité Cubano para los Derechos Humanos, Gustavo Arcos, el presidente de la Agencia Independiente de Noticias Cuba Press, Raúl Rivero, y el militante del partido de solidaridad democrática, Héctor Palacios, retenido durante horas por la policía cubana.
También Aznar se reunió con Magali De Armas, esposa de Vladimiro Roca; María de los Angeles Falcón, sobrina de Marta Beatriz Roque; Jorge Gómez Manzano, hermano de René Gómez, y María Domínguez Díaz, esposa de Félix Bonne. Los disidentes destacaron a Aznar la importancia de que los cubanos «tengan derecho a sus derechos» y el jefe del Gobierno español les expresó, según Osvaldo Payá, «una simpatía» y «solidaridad» hacia sus posiciones para «una promoción de una apertura» de la isla al exterior.
Los disidentes expresaron su intención de transformar la sociedad dentro de una ambiente de derechos y de respeto y sin creerse, precisó Payá, «con el monopolio de la verdad» pese a que se «nos insulte» o «se nos persiga».
De hecho, Hector Palacios, retenido hace días por la policía, teme «las reacciones del Gobierno cubano» a pesar de que ellos han demostrado ser «pacíficos» y estar a favor de que se celebre la Cumbre.