La Vanguardia Duran Lleida y Cuba Por: Salvador Sedó
Hace unos días el señor Josep Marrasé se refería en una carta a unos artículos sobre el señor Duran Lleida y Cuba. El señor Oswaldo Payá, presidente del Movimiento Cristiano Liberación, decidió retirarse de la Fundación Hispano-cubana por no estar de acuerdo en la utilización que, por parte de algunos miembros de la fundación, se hacía de ella. Oswaldo Payá me manifestó telefónicamente este desacuerdo con la línea de traba jo de la fundación, que no seguía los objetivos iniciales por los que había aceptado la invitación de formar parte. Al no poder viajar y, por tanto, expresar este desacuerdo, Payá Sardiñas decidió abandonar la Fundación Hispano-cubana antes de estar vinculado con una línea política con la que no estaba de acuerdo.
No quiero entrar en consideraciones sobre la Fundación Hispano-cubana, que merece todos mis respetos como organización que es, pero sí sobre algunos de sus miembros, o ya ex miembros, que nunca han tenido una actitud plural y democrática y que sólo han defendido sus posibles intereses económicos. Tanto en Cuba. Como posteriormente en nuestros contactos periódicos, nuestro compañero democristiano Oswaldo Payá manifestó apoyar nuestra posición de fomentar el diálogo con el régimen castrista mediante la apertura económica, para favorecer así la deseada apertura política y democrática que los Cuba
Nos necesitan. Asimismo, el PDC cubano en el exilio así como otros partidos europeos y latinoamericanos coincide en nuestra tesis, que no es otra que la que viene defendiendo la Internacional Democristiana y la UE. Quiero decirle que esta posición de favorecer la apertura d mocrática mediante el diálogo y la cooperación económica ha funcionado en muchos países de Europa del Este y de América La tina, y nos hace creer que es una solución óptima para Cuba, por lo que va a seguir siendo la pos ción de UDC. Sin embargo, la so lución que usted defiende, que no es otra que la del embargo y el aislamiento a la isla, sólo perjudica al pueblo cubano, mantiene el régimen castrista y beneficia a los sectores radicales del exilio cubano que en nada defienden el interés del pueblo cubano, sino el suyo propio. Finalmente, permítame decir le que nosotros ni representamos al Gobierno cubano ni al español ni a ningún “lobby” determina do. Nuestro deseo es favorecer la democratización de Cuba y el respeto a los derechos humanos, para bien del pueblo cubano y en los términos que ellos decidan. Como bien dice Payá Sardiñas, el futuro de Cuba tienen que decidirlo los cubanos y nadie más, y nuestro apoyo tiene que ser el fomento, que no la presión, para que esto se produzca.
SALVADOR SEDÓ i ALABART
Secretario de relaciones internacionales de UDC