MOVIMIENTO CRISTIANO LIBERACIÓN: PROCLAMACIÓN: 8 de septiembre de 1988

  1. Nosotros, los cubanos, proclamamos ante el mundo nuestra determinación de conquistar la libertad y la dignidad plena del hombre, la soberanía para el pueblo y de construir una nación nueva para todos, donde el vínculo esencial entre las personas, así como el fundamento de las relaciones sociales sea el amor y no la fuerza, la riqueza y no el terror.
  2. Retomamos la libertad con que Dios nos doto y que hoy en medio de las sombras brota de lo más profundo de nuestros corazones estallando en la más auténtica de las rebeliones; la rebelión de las almas, reclamando nuestra identidad, la de cubanos, la de seres humanos, la de hijos de Dios.
  3. Recojamos todas las obras de amor que tanto nos han dejado a través de la historia y unámonos, no para defender una ideología, no un partido, un sistema, sino la Patria, el futuro de Cuba, la soberanía del pueblo y su derecho a escoger libre y democráticamente la forma de alcanzar la justicia y la felicidad para todos.
  4. El marxismo es ajeno a nuestras raíces. No tiene vinculación alguna con nuestro nacimiento como Nación, no está ni moral ni espiritualmente ligado a nuestra cultura ni a nuestras luchas de liberación y en esencia niega lo más genuino del pensamiento y el espíritu cubano. No se puede dar a escoger s nuestro pueblo entre el marxismo y la muerte, existe una alternativa y es retornar a nuestra raíz, apoyarnos en nuestra historia, nuestra fe para lanzarnos al futuro. Tenemos nuestras fuentes en Varela, Céspedes y Martí y también en el espíritu creador del cubano.
  5. A partir de esta ideología caduca y forzando nuestra idiosincrasia se ha impuesto un sistema ha devenido en una involución de la sociedad, dañándola tanto en lo cultural y económico, como en lo moral, suprimiendo las bases del respeto a la dignidad humana.
  6. Este sistema, no importa si le llaman socialismo, comunismo o revolución, ha sembrado la desconfianza entre cubanos y destruido la fraternidad que nos caracterizaba, ha aplastado la capacidad de trabajo y la iniciativa peculiar del cubano. La cárcel y la separación han tocado a todas las casas.
  7. Pero ha servido para que3 se instale una autocracia vitalicia, absolutista, que valiéndose del partido comunista desconoce la voluntad popular y usurpa la soberanía. Han atacado todos los valores y tradiciones de nuestro pueblo, han reprimido las creencias religiosas y tratan de descristianizar la sociedad y de destruir la familia, haciendo un gran daño espiritual a la Nación.
  8. Por otra parte, sostenida por el terror, como lenguaje oficial, se ha instaurado una clase privilegiada institucionalizada, que vive en la opulencia, despóticamente frente la mayoría sufre la escasez, la necesidad, infinidad de privaciones y muchos que habitan en casas miserables en un verdadero hacinamiento. Es decir, un pueblo pobre en contraste con un grupo que, al tener el poder, lo tiene todo.
  9. La ausencia de sindicatos, organizaciones estudiantiles auténticas, de prensa libre, de tribunales independientes y de órganos legislativos legítimos unido a la represión de que son objeto los valerosos grupos e individuos que se han propuesto defender los derechos humanos hace inapelable la justicia dentro de las estructuras de este régimen, todavía más cuando el miedo es tan generalizado que alcanza inclusive a los más comprometidos con el poder.
  10. Hermanos: este sistema ha fracasado en Cuba, fracaso porque no puede conquistar el corazón ni la conciencia de los cubanos, fracaso en el hombre. Este régimen va hacia la desaparición segura, pero mientras más tiempo permanezca más daño hará a la Nación y a la nacionalidad cubana. Evitemos la violencia y mayores divisiones, la sociedad corre peligro de descomposición si no detenemos este proceso. Se puede destruir todo lo que con tanto trabajo, sacrificio y heroísmo han labrado los cubanos a través de todos los tiempos.
  11. Nadie puede pedir 30 años más para hacer justo y eficiente un sistema que ya ha consumido la vida y la juventud de una generación completa. Ahora le toca al pueblo y probara con libertad con la libertad y la democracia.
  12. ¿Quién tiene más capacidad que el pueblo para regir su destino? Ningún hombre, ningún partido puede llamarse conciencia del pueblo o rector de la sociedad, ningún sistema puede situarse por encima del pueblo: ¡la Patria es ara y no pedestal!
  13. Es inaceptable, por aberrante, la tesis de que es necesario suprimir unos derechos para lograr otros. Es de los derechos de donde nace el progreso. Tampoco podemos paralizarnos bajo el argumento sufren injusticias peores y que por ello es preferible aceptar las nuestras. Nadie puede darnos a escoger entre dos formas de opresión. Nosotros podemos lograr la justicia. Los beneficios que en campos como la salud tiene el pueblo salen en todo caso del trabajo de todo el pueblo, sin embargo, el Estado los manipula políticamente en la concepción que como tributo a estos el ciudadano debe pagar con la libertad y la incondicionalidad al gobierno.
  14. Frente a la fatal coyuntura de “Socialismo o Muerte”, proclamamos la alternativa de “Libertad y Vida”: Esta es la verdad que hoy enarbolamos: “y conoceréis la Verdad y la Verdad os hará libres”
  15. Lucharemos por nuestra libertad, aun solos, como en el 68 y el 95, aun con el mundo en contra. No necesitamos la licencia de nadie en este mundo para reclamar la libertad que Dios regalo al hombre.
  16. Saludamos los signos que dan los deferentes pueblos en su búsqueda de la justicia: “pero en Cuba primavera se dice Libertad”. No perestroika, ni reforma, ni rectificación, sino Liberación: este es el reclamo de la historia para Cuba en este momento dada la situación nacional y e3n correspondencia con la vocación de los cubanos a la libertad.
  17. El Estado no soluciona muchas de las necesidades elementales del pueblo ni permite que el ciudadano las solucione. Cualquier actividad económica e iniciativa privada puede penalizarse: desde procurar el alimento conveniente a un niño hasta reparar el techo de una humilde vivienda. El Estado se siente agredido si el individuo vende, compra, viaja, tiene o crea fuera de los pequeños y controlados marcos a los que se le restringe.  En estas limitaciones se incluye hasta la creación artística, lo que ha empobrecido la actividad cultural en Cuba.
  18. Todos los problemas son resueltos pre3ariamente, dando al país ambiente de campamento, donde la militarización matiza todos los ambito9s de la vida nacional. El trabajo y los estudios son medios de dominación de la persona y de control de la vida y sus relaciones. A los jóvenes se les utiliza o se les reprime, inclusive hasta por soñar, temiéndoles en el fondo por la potencialidad liberadora que llevan dentro. Debido a la falta de horizontes, muchos ven lo extranjero como superior.
  19. Creemos que al absolutizarse el concepto de libre empresa se generan injusticias que ya nuestro pueblo conoció y a las que no regresaremos. Ninguna empresa puede ser más libre que el pueblo, tampoco el Estado, porque también sabemos que la propiedad estatal no es necesariamente la propiedad social en nuestro país y que al ser el Estada la única empresa y gestor de toda la actividad económica, el pueblo y el individuo pierden su libertad. Por eso luchamos, porque el pueblo tenga la capacidad y poder decidir en cada etapa, soberanamente, lejos de los ext5remos que la enajenan, cual es la justa medida en que deben coexistir estas formas de relaciones económicas u otras, pero siempre en función de las necesidades del pueblo y su progreso, procurando la justicia para todos y garantizando todas las libertades en el pluralismo y la democracia.
  20. No retornaremos a la década de los años 50, tampoco a la de los 60, pero mucho menos permaneceremos sumergidos en esta, haremos nacer la nueva era para Cuba.
  21. Liberación es nuestro propósito, liberación protagonizada por el pueblo que no será espectador del momento en que se decide su destino. No llamamos a unos contra otros, si no a todos por una Cuba nueva. Desechamos la violencia, la ofensa, la mentira y la destrucción como medios de lucha. No creemos que el fin justifique los medios. Nuestro fin es alcanzar la libertad, la justicia y a esto solo se llega movidos por el amor. La libertad solo es verdadera solo si emana del amor. Edificaremos la nueva civilización, la civilización del amor.
  22. ¡Todos cubanos, todos hermanos y ahora la libertad!
  23. Hay que recuperar la fraternidad. Reconocernos como hermanos y unirnos en este gran movimiento de pueblo, de liberación: ¡Unidad para la Libertad! Este es el movimiento de liberación del pueblo y para el pueblo, no para que un grupo tome el poder sino para que aquel recupere su soberanía.  A todos los cubanos los exhortamos a asumir una postura liberadora e integrarse en este movimiento que nace con una composición pluralista, pacifica, abierta pero radical de todo el pueblo, por eso indispensable.
  24. Paso el tiempo de la expectación, la resistencia pasiva, la inhibición y la falsa prudencia que aliena. Es momento de manifestar nuestro anhelo de libertad y conquistarla. Debemos vencer el mito de que el terror es invencible, de que el Estado es todopoderoso. Vencer el escepticismo, salir al encuentro de nuestros hermanos y descubriremos como hasta los más comprometidos desean el cambio. No creemos el erróneo y fatal presagio que no queda más remedio que llevar una vida falsa e indigna.
  25. Los que hablan de nuestro destino encomendándolo a la voluntad de un hombre o a las relaciones entre potencias desechan la piedra angular: el pueblo. Resolveremos nuestros problemas entre cubanos, entre hermanos.
  26. Tenemos que tomarnos las libertades, no esperar a que nos la concedan o a que nos la traigan de afuera. Hay que tomarse la libertad de expresión, de reunión, de asociación, de huelga, de creación artística, de manifestación.
  27. Los jóvenes que se organicen en sus barrios en grupos “liberación”, los vecinos, amas de casa, hagan lo mismo. Creen los maestros, profesionales, trabajadores de todo tipo, obreros y campesinos sus propios sindicatos Liberación en cada sector, en cada centro de trabajo. Integren los estudiantes sus propias organizaciones Liberación, recuperen también la FEU para la patria. Los militares, los policías, marineros sitúense junto a su pueblo formando sus grupos Liberación.
  28. Debemos actuar con rapidez y responsabilidad, con valor y generosidad para que la transición a la soberanía no se vea malograda por el caos en un colapso sorpresivo del régimen que encuentre al pueblo disperso. Asumamos todos la misión de llevar las riendas de la nación en todos los campos. Así evitaremos sufrimientos, revanchas, venganzas, la violencia y la confusión. Si el pueblo se organiza ahora para la liberación después podrá crear fácilmente sus propias instituciones y realizar la justicia, la democracia y tomar el camino para la reedificación de nuestra nación.
  29. Ciertamente todos se irán incorporando a este movimiento de pueblo unido. Nadie podrá sentirse excluido o agredido y todos comprenderán que tienen un lugar digno en esta gesta. ¡La Victoria será de todos! ¡Todos cubanos todos hermanos y ahora la libertad!
  30. Los cubanos en el exilio, nuestra querida diáspora, sus hijos y los hijos de sus hijos son parte inseparable de nuestro pueblo y en cuba tienen su Patria y hogar. A ustedes también les llamamos para que se integren en este movimiento pues es de todos los cubanos. No habrá solución para el drama de la separación y el exilio sino con la libertad de Cuba.
  31. Llamamos al Fidel Castro Ruz y a todos los hombres del poder a que acepten este programa de transición que proponemos y reconozcan la justeza y la necesidad de que el pueblo recupere su soberanía, de esta forma colaboran con su felicidad y darán una respuesta digna y generosa al reclamo de la historia.
  32. Aquellos que con buena voluntad, sacrificio y abnegación han trabajado y luchado con la convicción de que este sistema sería un bien para el pueblo, merecen respeto y sus obras de amor no serán en vano, lo positivo siempre quedara. Sabemos que también ellos reconocen como los mecanismos absurdos y los privilegios impiden que el pueblo vea el fruto de su esfuerzo y que aun queriendo ser fieles a sus principios se ven frustrados por la arbitrariedad y sienten por ser honestos la falta de libertad más elemental, situación a la que nadie escapa. A ellos los llamamos a canalizar todo ese amor que sienten por su pueblo y unirse a este movimiento para edificar una nación nueva para todos, donde el hombre sea realmente respetado en su libertad y sus derechos.
  33. Iniciamos un gran dialogo nacional, sin resentimientos ni prepotencia del poder, dialogo entre todos los cubanos que sea instrumento de liberación. Este dialogo abierto, respetuoso, sincero, superando todos los miedos y prohibiciones debe comenzar ya y es en este ambiente en el que mejor se realizará la transición y la forma que corresponde entre hermanos.
  34. ¡Cubanos, tenemos como tesoro nuestra alegría, nuestro espíritu emprendedor, capacidad de trabajo y creatividad, nuestra poesía! ¿De qué nos era capaz nuestro pueblo en libertad? Aún vive el alma de la Nación cubana forjada en el amor, la lucha y el Evangelio que la ilumino para que naciera.
  35. Destruyamos los moldes y grilletes que casi hacían pensar que somos un pueblo incapaz e inferior, que la vida no puede ser de otra manera y no había más horizontes. Somos capaces los cubanos en una Cuba libre, independiente y democrática de construir una sociedad nueva, prospera, moderna; de construir la Civilización del Amor. Los niños no crecerán sin verla, los ancianos no morirán sin verla.

¡Todos cubanos, todos hermanos y ahora la libertad!
¡Cubanos, levántense, alcense, se acerca nuestra liberación!
Oswaldo José Paya Sardiñas

Coordinador del Movimiento Cristiano “Liberación”

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